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Los diferentes tipos de residuos y su tratamiento
Los residuos médicos derivan de las actividades de atención sanitaria. La mayoría del tiempo proceden de hospitales. Se trata de residuos potencialmente peligrosos y, por consiguiente, infecciosos. Pero, ¿qué se entiende por residuo médico? ¿Hasta qué punto es peligroso? ¿Qué cantidad de residuos médicos hay en el mundo?
Primero, como sugiere el nombre, los residuos médicos son residuos, es decir, lo que queda de un producto tras su uso.
Con más de 2.000 millones de toneladas de residuos sólidos producidos cada año por la población y las empresas (Waste Generation Index, WGI, de la consultora británica Verisk Maplecroft), la gestión de estos remanentes del consumo humano se ha convertido en los últimos cuarenta años en uno de los principales retos de buena gobernanza en los países desarrollados (recogida, tratamiento y valorización desde una perspectiva de economía circular).
De hecho, estos países también son los principales productores de estos residuos, y su opinión pública, alertada por numerosos científicos, insta a hacer hincapié en el efecto deletéreo que tienen sobre la naturaleza y el medio ambiente, así como en el despilfarro económico que representan. La práctica del reciclaje ha demostrado que nuestras basuras son, en realidad, minas de oro que lamentablemente siguen sin aprovecharse.
Los residuos médicos: un tercio de los residuos
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estima que cada día se produce medio kilo de desechos médicos por cama en los centros sanitarios de todo el mundo. Esto equivalía a un tercio del volumen total de residuos producidos (1,4 kilos de residuos por persona, según la OCDE) en nuestro planeta en 2015.
Eso es una media: en un país rico hablamos de 0,5 a 2 kilos de residuos médicos día y por cama en un hospital universitario.
Pero quédese tranquilo: aún no es el fin del mundo. La OMS y la Cruz Roja estiman que entre el 75 y el 90% de estos residuos son absolutamente inocuos. Pueden reciclarse del mismo modo que los residuos urbanos.
El resto -entre un 10 y un 25% según las zonas- representa los residuos médicos peligrosos.
Residuos médicos peligrosos
Se distinguen cinco categorías (las dos primeras pueden tratarse con las máquinas Ecosteryl):
- los residuos cortopunzantes
- los residuos “humanos” procedentes de las operaciones
- los residuos derivados de los tratamientos (citotóxicos y químicos)
- los residuos volátiles (gas)
- los residuos radioactivos
Los residuos cortopunzantes
Según la OMS, se trata de los residuos más peligrosos para el personal de la salud y la población en general.
En 2000, los accidentes relacionados con estos residuos provocaron casi 90.000 casos de infección entre el personal: 66.000 por el virus de la hepatitis B, 16.000 por el virus de la hepatitis C, y entre 200 y 5.000 casos por el VIH. Sin embargo, sin una gestión rigurosa de los residuos, la situación difícilmente podría mejorar. La OMS calcula que cada día se realizan 16.000 millones de inyecciones en todo el mundo. No obstante, las agujas y jeringuillas usadas a veces se clasifican mal y no todas se eliminan correctamente.
Los residuos «humanos» procedentes de las operaciones
Esta categoría incluye los desechos que presentan un riesgo de contaminación como la sangre, las secreciones, las excreciones, pero también los residuos anatómicos y los residuos infecciosos como los agentes infecciosos o los residuos de pacientes infecciosos en aislamiento.
Los residuos derivados de los tratamientos (citotóxicos y químicos)
Se trata de los residuos de medicamentos, los residuos citotóxicos (que contienen sustancias que actúan directamente sobre las células tumorales), los residuos que contienen metales pesados o los residuos químicos.
También forman parte de este grupo los depósitos a presión (las bombonas de gas o las latas de aerosol) y los residuos radioactivos procedentes de la medicina nuclear.
El aumento drástico de estos residuos debido a la COVID-19
Como consecuencia de la pandemia, los desechos se han disparado en los dos últimos años: en Francia, un mercado clave donde Ecosteryl ocupa una posición de líder, la cantidad de residuos médicos ha subido un 40-50%, según la Fédération nationale des activités de la dépollution et de l’environnement (Fnade). Al mismo tiempo, les residuos generados por la industria de la construcción (-80%), las empresas (-50%) y los hogares (-30%) no han dejado de disminuir.
¿Cómo se gestionan estos residuos médicos?
Si bien hace tiempo que la literatura científica puso de manifiesto el carácter potencialmente infeccioso de estos desechos, la gestión de estos sigue siendo problemática en muchas partes del mundo. Unos setenta países aún no saben qué hacer con ellos, por falta de legislación nacional. Desde 2006, GAVI (la Alianza para las Vacunas) y la OMS intentan ayudar a estos países a establecer una estrategia y un plan de gestión de los residuos médicos.
Mientras tanto, aunque los residuos médicos peligrosos contienen sustancias químicas tóxicas y presentan un riesgo de contaminación para la población y el medio ambiente, en muchas zonas se siguen enterrando o incinerando, a veces de forma inadecuada, a falta de algo mejor. Esto supone un grave problema para el medio ambiente.
El 40% de los hospitales se encuentran sin solución
Una encuesta realizada en 2015 por la OMS reveló que solo seis de cada 10 centros estaban equipados con sistemas capaces de eliminar los residuos derivados de la atención sanitaria de manera perfectamente segura.
Las razones son sencillas: muy a menudo no existe ningún marco jurídico, y cuando sí lo hay, son las tecnologías y el personal cualificado los que faltan, por cuestiones económicas.
Descontaminación de los residuos médicos
La innovación, así como la investigación y desarrollo ofrecen a los gobiernos y sus servicios públicos tecnologías alternativas a la incineración. En lugar de incinerar los residuos médicos, se descontaminan, es decir, conseguimos que se vuelvan inocuos. Los residuos infecciosos se convierten en residuos inocuos.
La descontaminación de los residuos médicos se puede realizar vía trituración y mantenimiento a 100°C durante 1 hora gracias a unos microondas y resistencias eléctricas. Estos dos parámetros se reúnen en una sola unidad compacta: se trata de la creación de Ecosteryl, que se declina en 3 modelos que tratan diferentes cantidades de residuos. Los residuos triturados y descontaminados incluso pueden reciclarse automáticamente, gracias a la máquina R-Steryl. La asociación de las 2 máquinas (Ecosteryl y R-Steryl) permite una circularidad de los residuos médicos. Se necesita muy poco personal, y lo que es más, este personal se capacita rápido.
La máquina se puede instalar en los hospitales o directamente en las infraestructuras de proveedores de servicios que colectan y descontaminan los desechos de los hospitales.
Más barata en un principio, la otra solución de descontaminación -el autoclave (esterilización mediante vapor en una vasija de presión)- consuma, por su parte, mucha energía y agua, que a su turno, deberá descontaminarse. También necesita una instalación especial y trabajos de ingeniería civil para poder funcionar correctamente en unas instalaciones medicales. Además, da lugar a un ambiente húmedo que no es agradable para el personal, y el tratamiento es cíclico; hay que esperar a que termine un ciclo para poder empezar otro.
Por lo tanto, al fin y al cabo, esta solución se vuelve menos interesante y ecológica.
Es importante que los establecimientos, proveedores y hospitales elijan la solución que más satisfaga sus necesidades.
En este sentido, podemos ayudar.